Te dejaron sóla cuando más los necesitabas, cuando peor te sentías, cuando ya no sonreías.
De repente esa felicidad se transformó en bronca y violencia.
Te volviste intolerante y dejaste de confiar, y de repente cuando sentís que tenés un grupo que te apoya con todo, cuando menos lo esperabas te clavan un puñal en la espalda.
Te seguís apartando de la muchedumbre.
Empezás a ser diferente. Te dejan de importar una serie de cosas. Ya no te molesta lo que piensen de vos.
Seguís buscando respuestas, buscando soluciones.
La historia no termina, seguís remándola.
No estás sólo, pero, ¿quién es tu compañía?.
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